Cuando las temperaturas comienzan a descender, naturalmente buscamos templos cálidos y acogedores. Una chimenea puede convertir una habitación en el refugio interior para mayor comodidad y relajación, mientras que las persianas y cortinas abiertas a la luz del sol son una fuente de energía y sin duda, un placer cotidiano.
En esta época del año es momento de dar la bienvenida al chocolate caliente humeante, la decoración rústica, y la paleta de colores cálidos y ricos. También es hora de abrazar el “hygge”, el concepto danés que se basa en “buscar la felicidad en las pequeñas cosas de la vida”.
Explore cuatro elegantes casas de invierno en el Maresme con espacios acogedores y centrados en ser una fuente de calidez.