La celebración del Año Nuevo en diferentes países está conectada con tradiciones que se han conservado por siglos. Ya nuestros más antiguos antecesores creían que la manera en que recibían el Año Nuevo sería la manera en el que vivirían durante cada uno de sus días. Hoy en día, en diferentes países se ponen en prácticas diversos “rituales” con el fin de atraer la buena suerte, la prosperidad y el bienestar.
Así, en España existe la tradición en la víspera de Año Nuevo denominada “comer las uvas”, donde se consumen sin interrupción por cada campanada que anuncia el cambio de calendario. Existen quienes, a medida que comen las doce uvas piden un deseo por cada una, ya que ellas representan uno a uno los meses del nuevo año.
Por su parte, en Italia está extendida la tradición de comer un buen plato de lentejas durante la cena de Nochevieja. “Y cuantas más se comen, más se gana…” es la creencia popular que se remonta a los antiguos romanos, quienes regalaban a principio del año estas legumbres con el fin de incrementar su poder adquisitivo convirtiéndolas en monedas de oro.
En Rusia y Ucrania existe la tradición de “persuadir al animal”: el patrón del nuevo año. El trabajo de persuasión se realiza durante los seis meses previos a la celebración, ya que se pueden adquirir juguetes, chocolates, recuerdos y calendarios con su imagen. En cambio en Alemania, las personas de todas las edades, tan pronto como el reloj comienza a anunciar la medianoche, se suben a las sillas y con el último golpe del reloj «saltan al unísono» en el año nuevo.
En Grecia, el año nuevo es el día de San Basilio, que se hizo famoso por su extraordinaria bondad. Por tanto, los niños dejan sus zapatos cerca de la chimenea, con la esperanza de que el santo los llene de regalos. Mientras que en Inglaterra, según una antigua costumbre, cuando el reloj comienza a latir las doces veces anunciando el cambio de año abren la puerta trasera de los hogares para liberar el año que se termina, y con el último golpe abren la puerta delantera para recibir al nuevo año.
En la China moderna, el Año Nuevo es un festival de faroles. En la víspera del Año Nuevo miles de pequeñas linternas se encienden en las calles y plazas con la esperanza que sus chispas expulsen a los espíritus malignos. Es preciso remarcar que en China como en tantos otros países asiáticos, el Año Nuevo se celebra entre enero y febrero, por lo que está asociado también al final del invierno y el comienzo de la primavera.
Durante los festejos de Rosh Hashaná, el año nuevo judío, se ingieren alimentos a base de manzana con miel para simbolizar el anhelo de un año dulce, y otros alimentos especiales que simbolizan las bendiciones para el nuevo ciclo. En Argelia, Baréin, Jordania, Líbano, Marruecos y Pakistán dan la bienvenida a “Muharram”, el primer mes del año del calendario lunar musulmán. Unas semanas antes de esta fecha, los musulmanes ponen granos de trigo o cebada en el plato de agua para germinar. Para el comienzo del nuevo año nacen los brotes que simbolizan el comienzo de una nueva vida.
Rituales y tradiciones que llenan el mundo de color para celebrar la llegada de un nuevo ciclo en todos los rincones del mundo.
This post is also available in: English (Inglés) Русский (Ruso)